Tener tiempo libre es
muy apreciado, y es sumamente importante usarlo en beneficio propio y del entorno,
pero cuando se llega a la jubilación, las personas no saben en qué ocupar ese tiempo libre.
Y llenar espacios antes ocupados con
diferentes actividades no es tarea fácil. Ese tiempo libre se puede convertir
en un enemigo que amenaza en transformar el día a día en algo monótono.
Los grupos afines pueden
ser un buen apoyo a la hora de programar la vida en esa etapa. Grupos, en los cuales se haga cualquier actividad conjunta, tales como: aprender a bailar, a
pintar, formar un grupo de teatro, o incluso, aprender las nuevas
tecnologías.
Es decir, actividades en las que tengan que ver con lo cognitivo, ya sea físico o afectivo, que le permita al adulto mayor algún rol con el que pueda
reinsertarse y ser considerado por la sociedad como integrante activo.
Está comprobado que en la
actualidad los adultos mayores llegan en mucho mejor condición física e
intelectual que hace una década, por eso es muy importante que la sociedad aumente
la oferta de alternativas para ocupar el tiempo libre para promover la
prolongación de la vida autónoma de los adultos mayores.
Si yo fuese el gobierno, me daría vergüenza tener a mis viejitos, mirando obras y todo el día, sentados en diferentes bancos, con la de cosas que se podrían hacer, no para que se sientan útiles. Porque son útiles, y estamos desperdiciando un potencial bestial el de la experiencia.
ResponderEliminarPor dar alternativas, seguro que les gustaría acompañar a los niños en las excursiones, o dar talleres en los coles... cobrando ehh que la esclavitud se abolió, podrían ser contratos de prácticas más baratitos...
Pues tienes razón, la experiencia es un grado y seguramente habrán mayores que no tengan nietos y que les gustaría compartir los ratos con niños. A mí, por ejemplo, me gustan mucho los peques, juego con ellos, les hago rabiar, pero yo para tener nietos me viene ya muy justo porque no estoy casado.
ResponderEliminarPensaba mientras leía igual que Ceci, se les aparca como coches viejos (distrayéndolos en el mejor de los casos) y la sociedad pierde la oportunidad de beneficiarse de sus experiencias y conocimientos. Si los escucháramos más, quizá no erraríamos tanto y seríamos "más personas".
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