Debido a las propiedades curativas (por su temperatura y por las
sales minerales que contienen), las aguas termales se han convertido en una
fuente de beneficios para nuestro cuerpo.
Estos beneficios son a nivel muscular, respiratorio y dermatológico en
un ambiente de paz, armonía y descanso.
Frecuentemente, nuestros adultos mayores acuden a los balnearios con estas aguas para tratar todo tipo de enfermedades o también para relajarse y tonificarse en un ambiente de placer. LEER MÁS